Poner todos los ingredientes, excepto el azúcar de vainilla, en una sartén de acero inoxidable de 24 cm.
Llevar a ebullición, luego reducir el fuego y cocinar a fuego lento hasta que todo el líquido se haya evaporado.
La operación tarda de 30 a 45 minutos.
No intentar aumentar el calor para acelerar la cocción, de lo contrario los maníes no estarán lo suficientemente cocidos.
El azúcar entonces cristalizará y formará como arena alrededor de los maníes. Agregar el azúcar de vainilla entonces.

Con una espátula de madera, revolver los maníes constantemente para cubrirlos bien y seguir calentando la mezcla a fuego medio (no demasiado alto para no quemarlos) hasta que el azúcar comience a caramelizar alrededor de los maníes (20 a 30 minutos).

Cuando los maníes estén bien caramelizados, colocarlos sobre una alfombrilla de silicona.
Tan pronto como hayan enfriado ligeramente, separarlos unos de otros, luego esperar a que estén completamente fríos antes de almacenarlos en una caja hermética.