Precalienta el horno a 325 F (160 C).

En una pequeña cacerola, combina la crema y las semillas de anís.
Calienta durante 3 a 5 minutos a fuego medio, hasta que hierva. Retira del fuego, cubre y deja infusionar durante 30 minutos.

Mientras tanto, mezcla los arándanos y 2 cucharadas de azúcar en una pequeña cacerola. Cocina a fuego medio durante 5 a 7 minutos, revolviendo con frecuencia y aplastando ligeramente la fruta para liberar el jugo, hasta que la mezcla se reduzca y tenga la consistencia de mermelada. Retira del fuego y deja enfriar. Incorpora la crema de cassis.

Divide la mezcla de arándanos entre 4 ramequines de 1/2 taza (125 ml) y coloca los ramequines en un plato para horno. Reserva.

En un tazón, bate las yemas de huevo y el azúcar restante justo lo suficiente para combinar. Incorpora gradualmente la crema y la leche condensada a la mezcla de yemas de huevo, luego pasa la crema a través de un colador fino sobre un piche.

Vierte la crema en los ramequines, dividiéndola equitativamente.
Vierte suficiente agua caliente en el plato para horno para que llegue a la mitad de los lados de los ramequines.
Hornea durante 30 a 35 minutos, hasta que las cremas estén ligeramente cuajadas y sus centros aún tiemblen ligeramente.
Retira del horno y deja enfriar completamente.
Cubre cada ramequín con plástico para envolver y refrigera durante al menos 2 horas o hasta 24 horas.

Espolvorea cada ramequín con azúcar moreno.
Caramelize el azúcar pasando cada ramequín bajo la parrilla, de manera que el azúcar se derrita. (También puedes colocar los ramequines bajo la parrilla precalentada durante 3 a 5 minutos, hasta que el azúcar se derrita).
Deja enfriar antes de servir.