Haga pequeñas incisiones en el diente de ajo con la punta de un cuchillo. Frote el interior de un caquelón de fondue con el diente de ajo. Reserve 2 cucharadas (30 ml) de vino blanco. Vierta el resto del vino en el caquelón. Lleve a ebullición a fuego medio en la estufa. Agregue el queso Emmental y Gruyère, aproximadamente 1/4 de taza (60 ml) a la vez, revolviendo bien después de cada adición hasta que el queso esté completamente derretido. En un tazón pequeño, mezcle la maicena y el vino blanco reservado. Agregue la mezcla de maicena, la pimienta y la nuez moscada, y lleve a ebullición, revolviendo. Deje hervir durante 1 minuto. Agregue el kirsch y mezcle. Ponga el caquelón sobre un rechaud mantenido a fuego medio-bajo en el centro de la mesa. Ajuste la llama según sea necesario para que la fondue hierva suavemente y revuelva con frecuencia. Sirva con los cubos de pan, manzana y pera, que se recogen con tenedores y se sumergen en la fondue.