Mermelada de fresas:
Día 1:
Enjuagar rápidamente las fresas en agua fresca, secarlas en un paño, quitar los tallos y cortarlas por la mitad.
Mezclar las fresas, agua, azúcar y jugo de limón en un tazón y cubrir con plástico para envolver.
Refrigerar durante la noche.

Día 2:
Verter la mezcla en la olla para mermelada y llevar a ebullición mientras se revuelve suavemente.
Verter esta cocción en un tazón, cubrir con plástico para envolver y refrigerar durante la noche.

Día 3:
Verter esta cocción en un colador. Reservar las fresas maceradas y recoger el jarabe en la olla para mermelada.
Llevar el jarabe a ebullición y escumar con cuidado. El jarabe se concentrará a 105 C (221 F) en el termómetro de caramelo.
Agregar entonces las fresas y llevar a ebullición de nuevo.
Escumar y dar un hervor de 5 minutos mientras se revuelve suavemente.
Las fresas estarán entonces translúcidas, como mermelada.
Verificar la consistencia de la mermelada depositando unas gotas en un plato frío: debe gelificar ligeramente.
Retirar la olla del fuego, poner inmediatamente en frascos, cerrar las tapas y poner los frascos boca abajo.