Cortar el pan en palitos, colocarlos sobre una toalla, rociarlos con agua y espolvorear con un poco de sal.
Envolverlos en una toalla y dejar reposar durante 2 horas.
Desenvolver la toalla y cortar el pan en trozos grandes.
Calentar 2 cucharadas (10 ml) de aceite de oliva en una sartén. Freír el beicon picado hasta que esté crujiente.
Escurrirlo sobre papel toalla.
Limpiar la sartén y calentar el aceite de oliva restante.
Agregar el ajo y freír hasta que esté dorado, retirarlo de la sartén y desecharlo.
Poner todo el pan en la sartén de una vez y freír hasta que esté dorado de manera uniforme.
Mezclar con el pimiento y el beicon.
Servir muy caliente.