1. Precaliente el horno a 400 ° F (200 ° C). Cubra 2 bandejas para hornear con papel para hornear. En un
bol, mezcle el queso, el maní y la pimienta de cayena.
2. Sobre una superficie ligeramente enharinada, extienda la mitad del paquete de masa de hojaldre, haga un cuadrado de 12 pulgadas (30 cm). Corte si es necesario. Unte el huevo sobre toda la superficie. Espolvorea la mitad de la mezcla de queso y maní sobre la mitad inferior del cuadrado, dejando un espacio de 1/2 pulgada (1 cm) en los tres lados. Doble la mitad superior de la masa hacia abajo y presione los bordes firmemente para que la masa se pegue. Usando un rodillo, presione ligeramente sobre la masa para que las capas se peguen. Unte con huevo.
3. Usando un cuchillo afilado, corte el rectángulo verticalmente en tiras de 1/2 pulgada (1 cm) de grosor, cada una de 6 pulgadas (15 cm) de largo. Gire cada tira varias veces y colóquelas en una capa única en las bandejas para hornear.
4. Repita con la masa y la mezcla de queso restantes. Hornee en el horno precalentado, gire las bandejas para hornear a la mitad del horneado, y hornee hasta que los pastelitos estén inflados y dorados, 15 a 18 minutos. Una vez cocidos, los pastelitos pueden almacenarse en un recipiente hermético durante unos días o congelados durante un mes.