Poner la harina tamizada, el azúcar y la mezcla de especias en un tazón.
Agregar la mantequilla cortada en trozos y un poco de sal
Mezclar todo a mano hasta obtener una masa crujiente.
Incorporar las pasas secas y hacer un hueco en el centro para cascar el huevo.
Agregar un poco de leche y batir bien todo.
Mezclar de nuevo para formar una bola de masa – debe ser arenosa, así que tenga cuidado de no trabajarla demasiado.

Poner una sartén grande y gruesa, preferiblemente la sartén de hierro fundido de la abuela, en la estufa.
Mientras se calienta, espolvorear la superficie de trabajo y el rodillo de masa con harina.
Estirar la masa a un grosor de 1/2 pulgada (1 cm).
Usar un cortador de galletas de 2 pulgadas (5 cm) de diámetro para cortar círculos.
Reunir la masa restante, estirarla y cortar más círculos.
Para probar la temperatura, cocinar una galleta en la sartén durante unos minutos.
Si su superficie queda dorada, aumentar un poco el calor.
Si se dora demasiado rápido, reducir el calor.
Esperar unos minutos para que el calor se estabilice, luego intentarlo de nuevo.
Si su galleta está dorada después de 4 minutos de cocción en cada lado, la temperatura es ideal.
Luego cocinar las galletas restantes en varias tandas.
No lo olvide, la temperatura es la clave del éxito para estas deliciosas galletas.