1. Llevar el vinagre a ebullición; apagar el fuego y dejar enfriar.
2. En un gran tazón de acero inoxidable, batir las yemas de huevo con la sal hasta que estén brillantes y espesas. Mientras se bate, verter lentamente el vinagre enfriado. Cuando esté todo absorbido, agregar gradualmente el aceite de oliva virgen extra, gota a gota. La mayonesa debería espesar lentamente.

3. Agregar el jugo de limón – esto debería diluir un poco la mayonesa y realzar su sabor.

4. Esta preparación puede almacenarse durante varias horas en el refrigerador antes de servir.

Nota: 1 cucharada de mostaza de Dijon puede reemplazar el vinagre hervido. Variante: 1 cucharada de hierbas picadas puede agregarse a la mayonesa.

Recomendación: utilizar un aceite de oliva más ligero, ni demasiado ácido ni demasiado amargo, para obtener una mayonesa con el sabor más suave, delicado y ligero, y una textura aireada.